diciembre-enero 2023, AÑO 22, Nº 90
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El camino librero que hoy es “El Espejo” comenzó en 1988 con un bolso, unos pocos libros consignados y los pies y el corazón de Antonio Moro andando Córdoba. “El Espejo” es una librería especializada en humanidades –con un acento especial en la psicología–. También trabajamos buena literatura y poesía. Nuestro público son profesionales, docentes, estudiantes y otros muchos lectores sensibles.
Nuestros libros están ordenados en distintos anaqueles temáticos, el criterio de clasificación es el análisis conjunto que realiza nuestro equipo de trabajo, para lo cual consideramos, obviamente al “libro” y a sus posibles lectores. Somos, cuanto podemos, una librería independiente, esto es: las editoriales no inciden directamente en nuestro ordenamiento interno ni en la decisión sobre la exhibición.
Habitualmente un libro se mantiene en vidriera –dependiendo del caso– unos 20 a 30 días. Salvo excepciones o cuestiones coyunturales. Pero no sólo le damos vidriera a las novedades, muchas veces se exhiben reediciones importantes, material importado o difícil de conseguir.
Hay libros con “fecha de vencimiento”, eso es claro… Basta ver los rankings de ventas. Pero en “El Espejo” intentamos que “esos” libros no nos invadan. Apostamos a la calidad y la seriedad de los títulos que ofrecemos. Es una realidad que no se puede exhibir todo, pero es entonces cuando entra en juego el oficio librero; escuchar la consulta, entenderla y rescatar ese libro escondido que esperaba por su lector en la estantería más alta. O sea, no sólo se vende lo que se muestra… En “El Espejo” no recibimos en forma automática todas las novedades que sacan los grandes grupos editoriales. Es una lucha diaria, cuerpo a cuerpo, por decidir qué entra y qué no, qué queda y qué se devuelve del “alud editorial”.
Hay una clara tendencia de los grandes grupos editoriales a marcar los modos y los tiempos para la comercialización actual de libros. Los libreros debemos intentar hacernos escuchar, negociar y encontrar el modo de no perder singularidad, de mantener una identidad que nos haga reconocibles y que los lectores encuentren en nuestra atención una “escucha” y una formación librera que las grandes cadenas no puedan ofrecer.