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Intuición del remolino

Martín Baigorria

Intuición del remolino

Sobre:

La prisión oval de una taza de café, de V. V. Fisher, Salta & Perú - Editorial Barrial (Bahía Blanca), 2025

Este nuevo libro de V. V. Fisher puede leerse como una plaqueta o un breve tratado de impresiones. Mientras sus motivos giran en torno a algunas situaciones caseras, los versos despliegan ideaciones varias. Quizás así Fisher indaga en un rasgo peculiar de su escritura: en muchos de sus poemas aparece captado ese instante previo a lo que podríamos llamar una representación ya conformada, un pequeño magma de imágenes, a veces entrecortadas y otras más fluidas. En el caso de La prisión… un accidente casual, casi invisible, puede llevar hacia otro mundo, no por imaginario o fugaz menos significativo: “la taza se vuelca / apoyo el dedo en el charco / y dejo mi huella digital / oculta en la laguna negra”. Versos como estos muestran que no hay reglas para dejarse llevar por la imagen; cada una de ellas es una especie de raro indicio que la escritura explora asumiendo sus riesgos. Así por ejemplo, si las convenciones de la puntuación no suman, mejor no respetarlas mucho. ¿Otras cosas que V. V. Fisher deja lejos de la taza? Los adjetivos, la catarsis, la intimidad cuando es pura retórica. Hay en cambio una voz adulta que no abandona la curiosidad o la actitud lúdica que asociamos normalmente a la experiencia infantil, aunque no se hace referencia a esto último ni tampoco se necesita. Y en otro poema se nos muestra la duda como un remolino dentro de la enunciación: “pero nadie me ve salvo / el borde / ¿la línea de un verso? / ¿frontera de un cuerpo?”. Esa tensión al nivel de la escritura se halla planteada de distintas maneras. No siempre se concentra en el verso, pese a su concisión y detalle, sino que se despliega de una punta a la otra de cada poema (e incluso de todo el ¿libro?). La intriga está ahí y por eso quizás la curiosidad es otra expresión de esa crisis silenciosa que atraviesa la voz, cuando ella sorprende con elucubraciones, melodías o devaneos sensoriales. Esos momentos quizás sean el correlato de una transformación: “que mi identidad / sea una piel desierta donde caminar / nuevo, de nuevo”. Súbitamente cuando aparecen, los adjetivos también se transforman en otra clase de palabras: casi sin decirlo la “piel desierta” lleva a otro territorio a través de la hipálage, otro horizonte a nivel subjetivo, si bien cada poema tiende a armar su propia estrategia, transgrediendo lo gramatical de ser necesario. Y así como se transforman las palabras y el cuerpo, se transforman distintos planos que rodean a la experiencia, sean estos impresiones fugaces o una herramienta casera. Todas esas alteraciones dolorosas o no, conectan entre sí a través de esa voz, una es como el eco de la otra, si bien por lo que parece “no hay drama a estas alturas”. Cada poema es una escena y a la vez parte de un coro que señala otra perspectiva, otra deriva para la experiencia personal. Por eso esta plaqueta se parece mucho a un libro. Y esa semejanza no es un detalle menor.

Mayo • Agosto 2025

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